Aurora Bertrana - Paraísos oceánicos

lunes, 12 de marzo de 2018


«Y envueltos en la soledad infinita perdemos la noción de la época y del tiempo. Nos embriagamos de luz, de paisaje, de silencio y de olvido».


Título original: —
Traducción:
Año: 2017
Editorial: :Rata_
Páginas: 304


Aurora Bertrana (Gerona, 1892) fue una escritora que gozó de gran popularidad en la sociedad española gracias a la narración de sus viajes por países exóticos. Desaparecidas por mucho tiempo, sus fascinantes crónicas se pueden encontrar de nuevo en librerías gracias a esta completísima edición de :Rata_, que incluye multitud de contenido adicional pensado para engalanar la obra de Bertrana como sin duda merece. Entre otras cosas, podemos encontrar entre las páginas de Paraísos oceánicos una sucinta biografía, un fragmento de sus memorias, fotografías de sus andanzas por las exuberantes islas del Pacífico y una más que necesaria explicación del impacto que supuso el intrépido y aventurero estilo de vida de Aurora para las mujeres de la época. 

Incapaz de someterse a los dictados que la sociedad y su propia familia marcaban para ella, Aurora rehuye en todo momento tradiciones y convencionalismos. En los años 20 emprendió una gira musical por Europa durante la cual conoció a su futuro marido, un ingeniero eléctrico que fue invitado a participar en la construcción de una nueva central en la Polinesia francesa. Los tres años que duró su estancia allí son el sustrato del que se nutre este libro, marcado por una incesante sensación de descubrimiento, de novedad, que se traduce en largas y nutridas descripciones de todo en cuanto Aurora posaba su mirada. 

Me gusta pensar en Aurora Bertrana como una especie de expedicionaria nacional, encomendada a la misión de empujar los límites del mundo conocido para todos aquellos que vivían presos en un país falto de imaginación. Sus intensos y vívidos retratos del paisaje tahitiano, impregnados de cierto aire enamoradizo, transmiten un espléndido candor juvenil que enternece precisamente por sus carencias narrativas. La reiteración es una constante en Paraísos oceánicos y la falta de vocabulario un mal menor que no consigue atrapar todos los matices de azul que tiñen las aguas de Bora-Bora o Papeete. Bertrana, sin embargo, demuestra en este libro que no se necesitan grandes recursos para narrar en alta definición. Su estilo transmite el frescor de la brisa oceánica y la humedad de la vegetación. Bertrana testifica, no solo acerca de la hipnótica geografía, sino sobre las llamativas costumbres indígenas y la tragedia que supuso la aparición del hombre blanco para la subsistencia de su cultura primigenia. 

Los «sabios» de la época han señalado la falta de espíritu crítico como un defecto que lastra la valoración de Paraísos oceánicos. A este respecto, no puedo estar más de acuerdo con la escritora y traductora Jenn Díaz, quien menciona en uno de los textos complementarios de la obra que «las costuras del primer libro de la autora catalana son visibles porque pueden serlo, porque deben serlo, es un libro hermoso tal y como está escrito». La ingenuidad, inexperiencia e intrepidez de Aurora Bertrana resuenan como el eco de una tierra virgen y constituyen el contrapunto idóneo a la violenta dinámica tribal que rige entre la población autóctona. Paraísos oceánicos es un cautivador relato sobre playas de arena blanca, pechos al aire y danzas orgiásticas alrededor del fuego. Un libro de asombrosos contrastes que sirve para redefinir nuestra perspectiva del mundo y en el que la autora captura con pasmosa facilidad el espíritu irrecuperable del suelo nunca pisado. Desde las páginas de Paraísos oceánicos se eleva el lamento de un Edén encontrado y, por tanto, perdido.

PUNTUACIÓN: ★★★☆

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